(Por Gabriela Rendón, Business Manager en NUMAN) Una de las inquietudes más recurrentes en los procesos de Outplacement que conducimos desde NUMAN, gira en torno a qué responder en una entrevista al ser indagados por nuestras expectativas salariales.
Hablar de condiciones económicas puede generar muchas veces un momento de cierta tensión en la conversación, ya que la expectativa por lograr un resultado favorable del encuentro, se topa con una variable crítica, y en gran parte definitoria.
No olvidemos que, en última instancia, no sólo quien es entrevistado espera un resultado exitoso. Quien se encuentra reclutando la posición también desea poder avanzar y resolver satisfactoriamente la necesidad que dio origen al proceso.
Aunque ni la persona entrevistada ni quien recluta, suelan poner como principal variable la económica a la hora de tomar la decisión de seguir avanzando o no, responder a este tema no deja de ser una cuestión de peso, que amerita un cuidadoso análisis previo:
- Si ya estamos trabajando, el análisis se simplifica al tener la referencia de nuestro salario actual. A partir de allí, aspiraremos a una mejora (la cual en promedio suele ser de un 25%) o bien a mantener el mismo nivel en caso de que hayan motivos críticos que nos lleven a querer cambiar de compañía.
- La mayor dificultad para responder a la pregunta suelen encontrarla las personas que se encuentran desempleadas, en particular quienes vienen ocupado previamente posiciones gerenciales. Este grupo, suele ser la franja que mayor dispersión salarial presenta en el mercado dependiendo de la industria, tipo de compañía y scope específico de la posición.
- Otro tipo de perfiles para el cual este dilema se recrudece, es el de quienes vienen trabajando en industrias que suelen pagar por encima de la media de mercado general y que aspiran a no quedar restringidos al mismo rubro para aumentar las chances de reinserción.
- Frecuentemente, nos encontramos con participantes que están dispuestos a resignar salario en pos de apostar a un desafío con proyección de crecimiento que les resulte interesante y de poder volver a reinsertarse. Más allá de esta flexibilidad, no podremos evadir la pregunta por el salario y tarde o temprano, nos veremos llevados tener que jugarnos por un número concreto, por más orientativo y flexible que sea. Ante esta situación, surge el esperable temor de quedar fuera de juego por comunicar una expectativa que pueda resultar alejada del rango salarial que la empresa maneja para esa posición.
¿Qué recomendaciones tener en cuenta ante esta situación?
1) Asesorarnos mediante nuestra red de contactos, lo más fehacientemente posible, en relación a valores salariales de mercado para un perfil como el nuestro, intentando obtener referencias de distintas industrias y tipos de compañía.
2) Identificar cuál es el piso a partir del cual consideraríamos una propuesta que resulte sumamente interesante desde lo profesional y por otro lado, identificar cuál es también el salario ideal al que aspiramos. Estas dos cifras, no necesariamente deberán ser comunicadas, pero sí ser clarificadas ante nosotros mismos con la debida reflexión.
3) Considerar especialmente si quien nos realiza la pregunta es un headhunter o directamente el área de HR de una compañía. Un headhunter, podría considerarnos para diversas propuestas actuales o futuras. En cambio si nos contactan desde una empresa para una posición específica, por lo general lo harán por una propuesta acotada contra la cual contrastarán nuestra respuesta.
I. Ante un headhunter o consultora, recomendamos la mayor apertura posible respecto de nuestra situación, ya que la información que podamos brindarles debería poder orientarlos para saber ante qué propuestas presentes o futuras podrían considerarnos, siendo altamente frecuente que nos contacten en diversas oportunidades a lo largo de nuestra carrera profesional.
Aquí recomendamos sincerarnos respecto de nuestro último sueldo bruto y beneficios, expectativas salariales ideales y ante todo, cuál es la variable crítica que hará que decidamos avanzar o no en un proceso, junto con el grado de flexibilidad que mostremos al respecto de las condiciones económicas.
II. Si nos toca conversar con un representante de HR de una empresa, es muy importante que antes de dar a conocer nuestra expectativa salarial, podamos informarnos lo más posible acerca de los desafíos de la posición para la cual nos están convocando: nivel de reporte, equipo a cargo, alcance, presupuesto a cargo y toda información que nos ayude a dimensionar el puesto.
Luego, poder contrastar esta información con las referencias salariales de mercado que hayamos podido averiguar y nuestras expectativas personales, a fin de poder construir una respuesta que integre lo más posible estas 3 cuestiones: propuesta específica + mercado + situación personal.
Podemos pedir un par de días para responder si aún no hemos podido realizar el ejercicio, evitando siempre dar oportunamente un valor estático y ofreciendo en cambio un rango, destacando nuestra apertura a revisarlo en función de otros beneficios que puedan ser incluidos así como también del proyecto en su conjunto.
Conclusión
Todas estas sugerencias no dejan de ser secundarias al aspecto central de todo proceso de selección, que reside en considerar si hay una fuerte coincidencia entre:
- Lo que nosotros tenemos para ofrecer, las expectativas profesionales / personales a las que aspiramos
- Y lo que la compañía está necesitando y tiene para ofrecernos (desafío de la posición, cultura, momento de la organización, objetivos de negocio, etc).
Si realmente se considera que “es la propuesta para mí” y que “soy la persona indicada para cubrir esa posición”, no debería haber grandes brechas salariales en última instancia. Desde ya que podemos encontrarlas, pero serán por lo general indicadoras de que o bien estaríamos aceptando un puesto por debajo de nuestro seniority (lo cual puede resultar totalmente válido ante determinados contextos) o bien no es el tipo de compañía para nosotros.
Si hay fit desde lo técnico y lo cultural, lo esencial y crucial es poder manifestar a lo largo de todo el proceso de selección nuestro interés en el proyecto, así como comunicar de la mejor manera lo que tenemos para aportar al crecimiento de la compañía.
Si ponemos el foco en ir construyendo y afianzando una elección mutua con la empresa a lo largo de los encuentros, no debería haber grandes obstáculos o sorpresas llegados a la instancia de negociación salarial.