(Por Magdalena Andrés, Regional Business Manager de NUMAN) La incorporación de Inteligencia Artificial en las organizaciones está acelerando una transformación profunda. Pero incluso en este nuevo escenario, una premisa se mantiene intacta: las personas siguen estando en el centro.
Requerimos potenciar y desarrollar competencias diferentes. Aunque no hablamos de habilidades completamente nuevas, sino de competencias que hoy cobran una relevancia decisiva para trabajar en entornos donde la tecnología potencia —pero no reemplaza— la capacidad humana:
- Adaptabilidad o plasticidad.La velocidad exige líderes capaces de moverse con flexibilidad, ajustar el rumbo y responder con criterio. La plasticidad se convierte en una habilidad indispensable para organizaciones que necesitanevolucionar sin perder su propósito.
- Aprendizaje continuo.El aprendizaje constante es lo que permite que las personas sigan siendo protagonistas. Aprender, desaprender y reaprender ya no es una opción: es la llave para mantenerse vigente y aportar valor real.
- Colaboración con autonomía. Escuché hace poco que “equipos que aprenden juntos, innovan juntos”.Las organizaciones ágiles necesitan equipos que colaboren, compartan información y co-creen soluciones.
Pero también necesitan autonomía: personas capaces de avanzar, decidir y actuar sin fricción. Este equilibrio —vínculos + responsabilidad individual— es lo que impulsa resultados a largo plazo. - Gestión de datos y pensamiento crítico.La IA pone información sobre la mesa. Pero el valor aparece cuando las personas interpretan, analizan y cuestionan esos datos para tomar mejores decisiones.
Es central que tengamos en cuenta que el pensamiento crítico es la habilidad que conecta la inteligencia artificial con la inteligencia humana.
En esta transformación, la tecnología impulsa… pero las personas lideran. Porque la IA no es un reemplazo: es una oportunidad.
Y esa oportunidad solo se vuelve real cuando quienes lideran y quienes integran los equipos desarrollan las habilidades necesarias para tomar mejores decisiones, crear nuevas posibilidades para sus equipos y sostener la evolución del negocio.
En definitiva, la pregunta no es cómo adaptarnos a la IA: La pregunta es cómo potenciamos a las personas para que la IA genere impacto positivo.
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