Faltan ingenieros e ingenieras: un desafío central para la industria

10 Sep, 24 | Artículos | 0 comments

(Por Daniel Urman, Director de NUMAN) La escasez de ingenieros e ingenieras en relación a la creciente demanda de estos profesionales por parte del sector industrial, es un fenómeno que afecta a gran parte de América Latina desde hace muchos años.

Teniendo en cuenta que esta situación impacta directamente la capacidad de desarrollo de los países, en este artículo haré hincapié en lo que ocurre en Argentina, Colombia y México.

Previo a este análisis, es importante saber que según datos de la UNESCO publicados por Bloomberg, el 25,8% de los graduados universitarios en México son STEM, mientras que en Colombia son el 23,9%, y en Argentina apenas el 14,2%.

Además de la realidad de cada uno de estos tres países, que es representativa de lo que ocurre en Latinoamérica, también abordaré las restricciones en el reclutamiento de profesionales industriales. Al igual que los desajustes que produce la falta de ingenieros en el sector industrial y cómo resolver el desafío de su escasez.

Argentina

En Argentina, la ingeniería es ejercida por unas 100.000 personas. Así lo informó el Consejo Federal de Decanos de Ingeniería (Confedi), destacando que se reciben aproximadamente 6.000 profesionales por año, cuando se necesitan alrededor de 10.000 ingenieros graduados cada año.

“Esto se debe a que, en los últimos años, la expansión de la economía y la industria impulsaron la demanda de ingenieros, una profesión con pleno empleo y altos salarios, que, sin embargo, no logra atraer a los más jóvenes, para quienes se presenta como una carrera muy difícil”, analiza un artículo publicado por el Colegio de Ingenieros de la Provincia de Buenos Aires.

Para entender la dimensión que tiene contar con un bajo nivel de ingenieros por cada habitante, veamos lo que ocurre en países más desarrollados. En China, por ejemplo, hay un ingeniero o ingeniera cada 2.000 personas, mientras que en Alemania hay un representante de esta profesión cada 2.300 personas.

Para incrementar la densidad de ingenieros, Argentina lanzó un Plan Estratégico para la Formación de Ingenieros (PEFI). El objetivo era alcanzar la cifra de un ingeniero cada 4.000 habitantes y 10 mil graduados por año.

Las últimas cifras oficiales de 2018, mostraban que el país estaba a 800 graduados de cumplir el objetivo. El problema es que de 44.000 estudiantes que ingresaban por año en aquel entonces, solo se recibían unos 9.200. Un nivel de graduación aún es muy estrecho para que el sistema productivo cuente con la cantidad de ingenieros que necesita.

Colombia

En Colombia la realidad es distinta y se expresa en datos claramente más actualizados que los de Argentina. Según informa la Corporación Universitaria Iberoamericana, se trata del país de América Latina con el mayor número de profesionales en Ingeniería Industrial, seguido por México y Perú.

Según el estudio, en Colombia se graduaron, en los últimos 20 años, más de 160 mil profesionales en Ingeniería Industrial, de los cuales el 54.28% fueron hombres y el 45.72% mujeres. Además, es una de las profesiones que más aumentó el número de graduados, con un crecimiento del 107% en la última década.

Por otra parte, las estadísticas a fines del año 2023 muestran que en Colombia existen 1.163 programas profesionales de ingeniería activos registrados, en 27 departamentos del país, logrando así una cobertura del 81% en el territorio nacional. Así lo reveló la Asociación Colombiana de Facultades de Ingeniería de Colombia.

Si bien todos estos indicadores son positivos, no implica que la cantidad de ingenieros que produce el sistema educativo colombiano estén satisfaciendo la cantidad de ingenieros que requiere.

México

En México, se reciben anualmente 40.000 ingenieros, mientras que en China egresan 300.000 de estos profesionales por año.

De acuerdo a lo que explica Felipe de Jesús Rizo Díaz, decano del Centro de Ciencias de la Ingeniería de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, en México existe un déficit de 20 mil ingenieros al año en diferentes áreas. “Sin embargo, éste se presenta de manera pronunciada en el área eléctrica, de automatización, software e inteligencia artificial”, subraya.

Restricciones en el reclutamiento de profesionales industriales

40% de las organizaciones a nivel mundial tiene dificultades para cubrir posiciones específicas.

Entre las principales restricciones vinculadas al reclutamiento de mandos medios en el sector industrial argentino (particularmente los sectores de Manufactura y Supply Chain), que manifiestan la escasez de talento que experimenta el mercado laboral actual, se destacan:

  • Falta de conocimientos técnicos (36%).
  • Carencia de competencias blandas (32%).
  • Problemas con el manejo de idiomas (18%).

En relación a la primera de ellas, es donde se evidencia la falta de cantidad de los ingenieros necesarios para abastecer la demanda del sistema productivo.

La problemática comprende tres niveles:

1- Limitada cantidad de profesionales graduados existentes en función de la demanda de determinadas industrias, lo cual marca la dimensión de la brecha existente entre el sistema educativo y la matriz productiva nacional.

2- Deficiencias en la actualización de conocimientos específicos, experiencia laboral acotada, y poco desarrollo de competencias y habilidades actualmente requeridas por el mercado laboral.

3- Dificultades para adaptarse a los cambios que genera la cuarta revolución industrial, a partir del creciente impacto de la automatización; lo que se traduce en la obsolescencia de competencias y el desajuste profesional.

Estas tres dimensiones afectan áreas críticas del tejido productivo, con el consecuente impacto negativo en la competitividad del sector industrial.

Desajustes que produce la falta de ingenieros e ingenieras en el sector industrial

Como sostuvo Olga Strietska-Ilina, especialista principal en Competencias y Empleabilidad del Departamento de Política de Empleo de la OIT (Ginebra), en su presentación “Desajuste de competencias y de empleos” (Bogotá, noviembre 2017), el desajuste de competencias puede tener consecuencias muy graves para las empresas, las personas y la economía en general.

En este sentido, el déficit de competencias y la escasez de competencias:

  • Aumentan los costos de mano de obra.
  • Disminuyen la productividad a nivel de las empresas.
  • Desaceleran el crecimiento económico.

El desajuste vertical disminuye los ingresos de las personas y produce una economía que funciona muy por debajo de su potencial.

Mientras que el impacto del desajuste horizontal tiene repercusiones negativas para los ingresos, la productividad y la satisfacción en el trabajo. También aumenta la rotación.

Una problemática internacional

La escasez de talento con las competencias demandas por el mercado laboral es un fenómeno con dimensiones globales. Por ejemplo, en Alemania y Francia, la disponibilidad de capital humano también se encuentra en los puestos más altos de la lista de los principales retos a resolver.

El reporte “Acelerando el desarrollo de Industria 4.0 en Argentina” del Boston Consulting Group, destacaba en 2018 que la lista de las capacidades que serían más demandadas en los próximos años estaría liderada por la ingeniería y el desarrollo del proceso de producción. Seis años después, podemos confirmar que la predicción fue certera.

Hoy, la demanda de ingenieros por parte de las industrias se enfrenta a la dificultad de contar con escasez de graduados en ramas críticas de la ingeniería, o bien la falta de preparación adecuada de profesionales que no responden a los requerimientos laborales de un mercado laboral cada vez más exigente y dinámico.

El problema se agudiza cuando ingenierías clave para el desarrollo nacional apenas reúnen un puñado de profesionales egresados por año. Como ocurre con las ingenierías metalúrgica, petrolera, hidráulica, minera, nuclear y aeronáutica.

¿Cómo resolver el desafío de la falta de ingenieros e ingenieras?

La integración del sistema educativo a la matriz productiva debe trabajarse con una visión a largo plazo. Las decisiones que se tomen hoy tardarán al menos 10 años en verse plasmadas en una realidad de mercado.

De allí la importancia de articular políticas públicas con iniciativas de inversión privada que busquen lograr este objetivo.

Es imposible llegar a ser un país competitivo sin recursos humanos que estén preparados para trabajar en las industrias que se pretendan priorizar en el plan de desarrollo de una nación.

 

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