Contraofertas y miedo al cambio laboral

15 Abr, 24 | Artículos | 0 comments

(Por Betina Ramos, Consultora Senior de NUMAN) A veces, salir de nuestra zona de confort puede resultar extremadamente difícil. Entre las razones más comunes que explican este comportamiento, podemos destacar:

  • El miedo o la incertidumbre que genera lo desconocido.
  • Interrumpir la rutina de trabajo que ya tenemos incorporada, probablemente determinada por nuestra agenda personal/familiar.
  • Temor y/o miedo a no ser lo suficientemente bueno o no estar a la altura en una nueva compañía.

Dar el paso de cambiar de trabajo es una decisión que implica reflexión y valentía. Más aún en el contexto sociolaboral en el que estamos inmersos, donde la difícil situación económica que atraviesa el país y cada una de sus variables, producen un coctel más que desafiante para aventurarse a un  cambio.

No obstante, hoy es habitual que los profesionales con empleos activos estén atentos a nuevas oportunidades laborales, con el objetivo de comparar diferentes opciones con su posición actual, y analizarlas para el momento en que pudieran estar interesados en una nueva experiencia profesional. Lo cual no quiere decir que esa exploración se concrete finalmente en un cambio laboral.

La situación de evaluar un cambio laboral puede darse por muchas razones. Algunas de ellas:

  • No llevarnos bien con nuestro jefe.
  • Estar disconformes con las tareas que desempeñamos.
  • Buscar mayor equilibrio “work and life”.
  • No tener posibilidad de crecimiento.
  • Que el salario esté por debajo de lo que pretendemos.

Ahora bien, la decisión de buscar nuevas oportunidades laborales para concretar un cambio de empleo, implica prepararse para dar ese paso, identificar cual es nuestro motor de cambio y objetivos, y pasar a la acción, presentándonos a entrevistas.

Si finalmente quedamos seleccionados, llega el momento de comunicarlo a la empresa en la que nos desempeñamos actualmente.

Aquí entra en juego una herramienta que utilizan muchas compañías como mecanismo de retención, ya sea porque son perfiles con gran potencial de desarrollo o por ser más costoso enfrentar un nuevo proceso de selección. Se trata de la “contraoferta laboral”.

¿Qué hacer cuando al comunicarlo recibimos una contraoferta? 

Muchas veces el miedo al cambio, nos lleva a pensar en quedarnos en nuestra zona de confort, que es la empresa en la que trabajamos. Pero es clave que nos detengamos a pensar en las siguientes preguntas:

  • Si decido quedarme, ¿por qué accedí a un proceso de selección en otra compañía?
  • ¿La  contraoferta está en linea con mi principal motor de búsqueda (ya sea económico, proyección de carrera, mejorar beneficios, etc)?
  • ¿Realmente me siento cómodo aceptando la contraoferta? ¿Cubre mis expectativas inmediatas?
  • ¿Por qué mi empresa actual no me ofreció antes la oportunidad que involucra la contraoferta? ¿Están realmente convencidos de hacerme la nueva propuesta?

El 93% de las personas que aceptan una contraoferta laboral interna termina cambiando de trabajo dentro de los 18 meses posteriores a su aceptación, ya sea por renuncia o porque son despedidos.

Así lo revela una encuesta realizada por el Wall Street Journal, advirtiendo que las contraofertas suelen ser solamente un dispositivo de emplazamiento para darle tiempo a tu empleador  para reemplazarte. Es decir, no involucran un interés de retenerte a mediano o largo plazo.

Por ello es importante recordar frente a una contraoferta, que tus razones para querer irte todavía existen, solo que las condiciones de permanencia se hicieron un poco más tolerables en el corto plazo, debido a un aumento de sueldo y/o beneficios, una promoción, o promesas hechas para mantenerte.

En cualquier caso, sólo se trata de reacciones en respuesta a una amenaza de renuncia.

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