Transición Laboral: factores a tener en cuenta para reinsertarte o emprender

22 Dic, 20 | Artículos

Compartimos algunos highlights del webinar ‘Transiciones Laborales. ¿Reinsertarte o emprender?’ realizado el pasado miércoles 16 de diciembre, con la participación de representantes de diversos sectores industriales.

La actividad contó como oradores a Gabriela Rendón, Business Manager de NUMAN, y Mariano Colombo, Consultor experto en Estrategias de Transformación, mientras que la moderación estuvo a cargo de Daniel Urman, director de NUMAN.

Durante la sesión, los ponentes coincidieron que en tiempos donde la reinserción y transformación laboral se vuelven cada vez más necesarias, la identificación de aquellas claves a tener en cuenta para atravesar procesos efectivos de Transición Laboral, son fundamentales en la facilitación de la posibilidad de reinsertarse o cambiar de trabajo.

Al iniciar el seminario, Gabriela Rendón remarcó la importancia de identificar nuestro propósito laboral, realizar un diagnóstico preciso de lo que nos juega a favor y aquello que nos limita, y de poner a punto todos los recursos que necesitaremos para salir al mercado a buscar oportunidades.

¿Cómo definir mi propósito laboral? La especialista señaló que se trata de definir nuestro objetivo, aquello que queremos conseguir laboralmente con el mayor nivel de detalle posible.

Para ayudar a clarificar este punto Rendón compartió algunas preguntas que todo profesional en proceso de transición laboral debería hacerse:

  1. ¿Qué tipo de tareas / funciones son las que más disfruto realizar, aquellas en las que juego con más soltura cuando me toca salir a la cancha?: ¿Diseñar productos? ¿Desarrollar equipos? ¿Generar nuevos negocios? ¿Optimizar procesos? ¿Comunicar y persuadir para logra un objetivo?
  2. ¿Qué tipos de problemas me gustan resolver? ¿Con qué aspecto de mi personalidad me gusta contribuir a resolver una situación?
  3. ¿Qué industrias o rubros me resultan más interesantes?
  4. ¿Con qué tipo de Compañías y Culturas siento más afinidad?: ¿Multinacionales o Pymes? ¿Tradicionales o disruptivas? ¿Estables o cambiantes? ¿Empresa de producto, de proyecto o de servicios?
  5. ¿En qué contextos y ante que desafíos me siento más motivado?: ¿En grupos pequeños locales? ¿En equipos remotos multiculturales? ¿En empresas que estén atravesando un momento de reorganización o en un contexto más estable? ¿Me motivan los start ups? ¿Me resulta más afín implementar lo que ya está diseñado? ¿O me motiva que haya mucho por hacer y definir y ser parte de eso?

En relación al diagnóstico, Rendón describió algunas cuestiones importantes a considerar:

  • ¿Con qué cuento? Es importante hacer un repaso de mis principales logros, mi formación, las competencias técnicas y actitudinales que más se desatacan en mí, haciendo foco en situaciones concretas de mi experiencia laboral en las cuales las haya puesto en juego.
  • ¿Qué me limita?: ¿Zona geográfica, nivel de inglés, manejo de alguna herramienta? La edad -lamentablemente en algunos casos- puede funcionar como una variable que nos limite debido a ciertos sesgos que aún están vigentes (aunque en cuestionamiento creciente). A mayor edad, más necesario se hace desarrollar competencias actitudinales y técnicas que permitan contar con las mismas herramientas que son más naturales en las nuevas generaciones (digitalización, marketing personal, entre otras).
  • ¿De qué plazo dispongo? ¿Cuánto tiempo puedo tomarme? ¿Qué plan B se me ocurre si no funciona el plan A en el tiempo previsto?

La preparación: afilar el hacha

Gabriela Rendón recomienda iniciar esta etapa de preparación elaborando una Hoja de Ruta personal vinculada al proceso de transición, que consolide las variables más importantes del plan estratégico de búsqueda:

  • propósito laboral,
  • extracto o perfil profesional,
  • aspectos a desarrollar,
  • listado de empresas y consultoras target,
  • red de contactos relevantes para mi proceso a nivel personal y profesional
  • plazos con los que cuento.

En esta etapa de preparación también es fundamental definir los pilares que sustentan la marca profesional de cada persona, ya que tanto el CV como el perfil de Linkedin y mensajes de presentación deben estar alineados a ella, resaltando la principal contribución y diferenciales.

En este sentido, remarcó la importancia de:

  • no dejar librado a la improvisación las respuestas en las entrevistas,
  • tomarse el debido tiempo para practicar el storytelling de la propia experiencia laboral, así como las respuestas a las preguntas más frecuentes.

“Dar espacio a registrar las emociones, pensamientos y creencias limitantes que afectan y predisponen nuestro estado anímico, es crucial para poder neutralizar posibles efectos negativos”, advirtió Rendón.

“Tan importante como diseñar un plan adecuado y encarar las acciones correctas, es acompañar el inicio de nuestro día con una actitud de confianza y optimismo, para lo cual resulta clave nutrirnos de estímulos, vínculos y situaciones que nos impacten positivamente”, agregó.

“Es muy recomendable la utilización de un Excel o herramientas similares para llevar el seguimiento de nuestras acciones (respuesta a avisos, presentaciones espontáneas, etc) y poder realizar periódicamente el análisis de los resultados, con miras a poder en qué parte del embudo encontramos algún problema y pensar en posibles soluciones”, sugirió la Líder de Transición de Carrera & Outplacement de NUMAN.

En la etapa de salir al mercado laboral a buscar oportunidades es recomendable combinar acciones reactivas y proactivas:

  • Aplicar a los avisos que vayamos identificando, mediante la aplicación de la técnica de foco en las keywords, con presentaciones proactivas a consultoras y empresas target.
  • Generar contenidos de valor para compartir en la red con nuestra comunidad profesional, acerca de nuestra especial, también forma parte de una de las tareas esenciales para aumentar nuestra visibilidad y dejarnos encontrar por headhunters.

Para cerrar, repasamos las acciones más relevantes que no deben olvidarse a lo largo de todo el proceso:

  • Claridad en la definición de nuestro propósito.
  • Coherencia en mis acciones y mensajes. Sentir, pensar, hacer. SER y PARECER.
  • Consciencia de mis emociones, pensamientos y creencias limitantes.
  • Neutralizar influencias negativas y presiones del entorno.
  • Nutrirnos a diario de vínculos y actividades que nos haga bien.
  • Organización, seguimiento y persistencia.
  • Feedback: Retrolimentar nuestro proceso, estar receptivos.
  • Soltar expectativas, confiar.
  • Aferrarnos a la ESENCIA de nuestro propósito, no apegarnos a la FORMA.

La opción de emprender frente a una transición laboral

¿Cuántos de nosotros fantaseamos alguna vez con un trabajo independientemente?, se preguntó Mariano Colombo, consultor experto en Estrategias de Transformación, al momento de iniciar su participación, explicando que desde que se produce esa fantasía hasta que se comienza a concretar en una posibilidad, hay una gran brecha.

“Una cosa es pensarlo, imaginarlo y suponerlo, y otra cuando se acerca el momento de una  decisión, que debe ser personal y posible para el entorno de cada persona”, destacó, refiriéndose a 5 etapas del proceso de transición laboral hacia el trabajo independiente:

  1. Quiebre. “Cuando llega el momento de decidir se abre otro mundo. Se produce un quiebre. Empiezan a ponerse en juego varios aspectos que tienen que ver con el rumbo hacia donde voy, hacia donde quiero ir. Hay que poner esfuerzo y foco en clarificarlo”, advirtió Colombo, manifestando que son momentos de mucha soledad en cuanto la reflexión interior, en los que hay que cuidar lo que se abre al otro, porque cuando uno abre se recibe de todo.

“La clave es poder estar acompañado de un profesional o un coach que te ayude en la transición”, aseguró.

Según explicó el experto, sobre el final del momento de quiebre lo importante es centrarse en lo que queremos, e identificar aquello en lo que cada uno es bueno, además de lo técnico. Es decir, las habilidades que se fueron desarrollando durante las diferentes experiencias laborales. Pero también en las cosas que se valoraron en las compañías donde se desempeñó o en los grupos de trabajo en los que participó. “Esto es lo que nos va a abrir camino en lo que se quiere hacer”, enfatizó, indicando que la clave es poner foco hacia adentro y hacia afuera, identificando con quienes hay que conversar, quienes están haciendo algo parecido a lo que se quiere hacer, en qué hay que capacitarse.

  1. Declaración. En esta etapa se debe hacer foco en cómo nos presentamos ante los demás, cuando se explica: quien soy y que hago. Hay que tener en claro que uno debe mostrarse ya en actividad y no en plan “estoy empezando”.

“Aunque no se tenga cartera de clientes aún, hay que creérsela uno mismo para que el entorno empiece a creer. Esto es parte del trabajo de transformación, perder el miedo construyendo confianza”, aseguró Colombo.

  1. Síndrome del impostor. En este punto se vuelve a abrir un espacio de incertidumbre en el que surgen diversas preguntas: ¿Estoy capacitado para hacer lo que me propongo? ¿Estoy a la altura de las circunstancias? ¿Puedo aportar valor a lo que quiero hacer? ¿Cuánto vale mi servicio?

“Lo que ocurre es que nos olvidamos lo que sabemos, le perdimos valor a lo que hemos aprendido desde la experiencia y lo académico. No vemos la capacidad que tenemos en nosotros mismos, no confiamos en que lo que podemos aportar tiene valor. Pero en el hacer vamos descubriendo cuánto más sabemos y cuánto más valor le podemos estar brindando a nuestro eventual cliente.”, reflexionó el especialista, apuntando que desarrollar confianza es el eje principal y que si es necesario pedir ayuda, hay que solicitarla (la red de profesionales provee).

  1. Consolidación. En esta etapa nos sentimos más cómodos, empezamos a crear nuestra propia metodología. Es el momento de mayor aprendizaje: aprendimos a armar una propuesta comercial, a cotizar, a ofrecernos – al trabajar por nuestra cuenta somos permanentemente oferta- y a abrir un proyecto con un cliente.
  2. Expansión hacia nuevos negocios y posibilidades. Teniendo en cuenta que somos finitos, la pregunta que surge es: ¿Cómo me expando, cómo escalo? Para ello Mariano Colombo sugiere empezar a abrir el juego a otros profesionales a los que puedo convocar para determinadas cuestiones y proyectos. Además, cuando se comienza a ser socios estratégicos de los clientes, pueden surgir oportunidades de negocio para desarrollar conjuntamente con ellos.

¿Cuánto tiempo lleva transitar por estas cinco etapas? El especialista destaca que es un proceso personal en el cual no se puede estipular una duración concreta.

“El sentido es encontrarle el propósito al proceso: para qué quiero hacerlo, qué me gusta hacer. Y saber que tengo que aprender a administrar ingresos variables, a tener gastos que no tenía, y aprender una nueva forma de administrar el dinero”, expresó.

Luego resaltó algunos factores importantes a tener en cuenta:

  • La red es más que la suma de las partes. Por ello es fundamental crear una red de contactos: construirla, alimentarla y agregarle valor, para no sentirnos solos en el camino de la independencia.
  • Capacitarnos todo el tiempo para mantenernos actualizados y aprender cosas nuevas, pero también para generar una red de contactos cuando vamos al aula.
  • Es central trabajar el estado anímico. La emoción es una predisposición para la acción.
  • Igualmente importante es planificar para ponerse plazos y tiempos durante el proceso.

La clave pasa por reinventarse uno mismo para vivir de ese cambio. “Los invito a que salgan, exploren y encuentren”, arengó Mariano Colombo.

 

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